Voluntariado en el Islote de El Palero durante la Semana de la Ciencia 2013
El día se levantó como tocaba para estas fechas, fresco. Sin embargo, el cielo despejado y el sol que empezaba a remontar la línea de pisos auguraban una mañana agradable. Los voluntarios y voluntarias que decidieron dedicar algo de su tiempo al islote de El Palero, se contagiaron de optimismo y el ambiente previo al inicio de la tarea era inmejorable. 16 personas de todas las edades, desde los 5 años a los que ya pasaron esa fase de su vida hace algún tiempo, se repartieron inmediatamente las tareas que estaban previstas. Algunos se lanzaron rápidamente a cavar los hoyos que posteriormente alojaron el cepellón de 3 enormes ejemplares de aliso cedidos por ARBA (Asociación para la Recuperación del Bosque Autóctono), que también suministró el resto de plantones que se colocaron en el islote el pasado sábado, 9 de noviembre. Otros decidieron retirar la basura no orgánica que dejó la última crecida del Pisuerga. Y también hubo quienes parecían haber desayunado fuerte y, sin pensarlo dos veces, acometieron la retirada de dos grandes troncos que se hallaban varados en el islote y en uno de los tajamares de la antigua fábrica de harinas.
La mañana iba transcurriendo entre trabajo, comentarios, risas, ayudas mutuas, consultas y aprendizaje. Las tres horas que se habían previsto llegaron a su fin, pero aún había quien tenía ganas de seguir con otras labores: colocación de protectores para los plantones y árboles, retirada de ramas muertas, poda de árboles y arbustos o acondicionamiento de los zarzales. Casi hubo que echarles de allí y es que los voluntarios y voluntarias que acudieron a nuestra llamada, algunos por quinta vez consecutiva, se resistían a abandonar este pedazo de ecosistema ribereño inmerso en plena ciudad.
Gracias a ellos, y a todas las personas que nos han ayudado durante estos últimos cinco años, el islote de El Palero va recobrando un aspecto más acorde con su naturaleza. Se ha recuperado un espacio para la educación y la investigación y, sobre todo, se ha convertido en un rincón de solidaridad con el medio ambiente de nuestra ciudad.
Por ello, queremos agradecerles su trabajo y colaboración desinteresada, porque sin ellos y ellas, el islote no sería lo que es actualmente.