Adiós, Phoenix, adiós…
Adiós a la sonda marciana Phoenix, un ingenio de la NASA que «amartizó» en el Polo Norte del planeta rojo el 25 de mayo de 2008, hace justamente dos años, con un ambicioso programa: analizar el subsuelo marciano en busca de agua de posibles restos de vida, realizar un completo mapa de la meteorología del planeta, y tratar de desarrollar una «previsión del clima» de Marte, entre otros objetivos.
Este último invierno marciano, que dura el doble que en la Tierra, ha sido especialmente duro con la sonda, a la que ha inutilizado completamente los paneles solares, por lo que no ha podido recargar sus baterías para contactar con la NASA, o al menos con la sonda Mars Odyssey, en órbita al planeta, que había recibido la orden de llamar a la Phoenix y tratar de reanimarla, pero las imágenes captadas por la sonda muestran los daños que los paneles han sufrido. Cinco meses de estudio previstos y ampliados, y gigabytes de datos, fotografías y vídeos, son el legado de este ingenio dado hoy de forma oficial por muerto. Todo lo contrario que las sondas gemelas Spirit y Oportunity, que ya han superado con creces las expectativas y las finalidades para las que fueron diseñadas, y cada día que pasan en la superficie de Marte, es un nuevo récord y una nueva ilusión para los equipos que las atienden. Si queréis más información, pinchad aquí.